Algunas reflexiones sobre el cambio de educación a distancia durante la pandemia. Las experiencias educativas con TIC 's y su subsecuente aplicación en modelos híbridos y presenciales.

julio 31, 2022

 


Estamos a unos días de haber concluido de manera oficial el ciclo escolar 2021-2022 en la educación básica de nuestro país (para algunas entidades un poco más), y a unas semanas de comenzar el siguiente ciclo (“siglo”), además con un nuevo modelo educativo a la puerta (otro más, para seguir cambiando a cada rato y complicando la existencia de todos), bajo un estrés que sin duda no tenía precedentes en nuestras labores. Fue sin duda este uno de los ciclos escolares más complejos en cuestión de organización y planificación educativa, un reto de hacer confluir modelos que fueron desde la educación a distancia que se venía trabajando por la pandemia del covid-19, una especie de modelo híbrido para ir poco a poco regresando a las aulas y finalizando con un modo presencial que nunca se detuvo en cuanto a contagios se refiere. 

En este escrito quiero reflexionar un poco sobre algunas herramientas y posibilidades de los modelos a distancia y algunas bondades que deberíamos haber rescatado en ese traslado paulatino que hicimos en este ciclo escolar para regresar al modelo presencial, ¿de algo nos sirvió trabajar a distancia y aprender a usar algunas herramientas en esta modalidad? ¿las seguimos usando al finalizar el ciclo y podríamos aprovecharlas en lo que viene?

LOS CAMBIOS QUE IMPLICÓ LA PANDEMIA

Uno de los cambios sociales más importantes que sucedieron durante la pandemia en materia educativa fue el traslado obligatorio de la educación presencial a la modalidad a distancia; modalidad que aunque ya tiene demasiados años funcionando no es dominada por la mayoría de docentes que laboramos en sistemas presenciales, los cuales tuvimos que afrontar el reto de adaptar y ajustar nuestras propuestas de intervención y prácticas cotidianas para internarnos en un intento por ofrecer servicios educativos que respondan a los planes y programas de estudio, y generar oportunidades de aprendizaje a nuestros estudiantes desde la virtualidad. 

Esta situación se convirtió sin duda en una oportunidad y un reto para reflexionar, incorporar, alfabetizar y desarrollar conocimientos en torno a la educación a distancia para los docentes que trabajamos en sistemas presenciales, y que podríamos una vez pasada la situación sanitaria seguir utilizando y contemplando como medios y herramientas disponibles que podrían favorecer los procesos de enseñanza en determinadas situaciones en los sistemas presenciales. 

Hubo durante el ciclo escolar mucha incertidumbre sobre las formas en las que el sistema educativo y las diferentes instituciones abordarían la labor educativa; sobre las decisiones que se tomarían y las posibles alternativas y vías de flexibilidad curricular desde las que se iba a exigir trabajar a los docentes para cubrir las necesidades educativas de la población mientras continuara la pandemia y las diversas olas de contagios. En este sentido el análisis más importante que debimos desarrollar fue sobre la forma correcta de diseñar o plantear los ambientes de aprendizaje para construir cambios significativos y de valor, haciendo uso de los recursos digitales, plataformas y TIC en general para responder a estas demandas.

PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS DE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA



Revisando algunas de las ideas más básicas sobre la educación a distancia, los recursos digitales, los entornos virtuales y las estrategias con uso de TIC que algunos autores han ya desarrollado, podemos  sostener que la esencia de los principios pedagógicos en educación presencial sigue teniendo la misma validez en entornos virtuales; es decir,  la reflexión docente, la planificación educativa o diseño instruccional, la planeación, la evaluación y el conocimiento del contexto, siguen siendo la base de una correcta propuesta de abordaje educativo.


En este sentido nuestro principal reto en el diseño de entornos de aprendizaje fue la alfabetización digital, es decir, el desafío de ajustar nuestras propuestas de intervención educativa a entornos digitales-virtuales de aprendizaje ya sea en modo sincrónico y asincrónico. Esto implicó aplicar los principios ya conocidos pero adheridos al uso de metodologías y herramientas que provee la tecnología.  Para esto fue necesario hacer una revisión de las principales aportaciones relacionadas a la educación a distancia.


Diaz Barriga et al. (2011) nos mencionan que dentro de los principios de diseño instruccional de entornos de aprendizaje apoyados con TIC se manejan los enfoques del constructivismo sociocultural y la cognición situada; es decir que el conocimiento no está en el contenido disciplinar como tal, sino en la actitud constructora y participativa del alumno. El simple uso de recursos web, recursos tecnológicos y multimedia, el uso de una plataforma o EVA (Entorno virtual de aprendizaje), o de una red social de comunicación, así como de una plataforma de videollamada o videoconferencia, no garantiza un proceso de aprendizaje satisfactorio por sí mismo.


En algún escrito anterior, criticábamos el uso masificado en México de “Aprende en casa” por parte de los docentes, si este no tenía previamente una serie de reflexiones que pudieran situar los contenidos de acuerdo con las características y necesidades de los alumnos, y que lo más pertinente sería que el docente fuera el creador de las situaciones y materiales educativos (que no excluyen necesariamente el uso de “Aprende en casa”).

En el caso de la educación a distancia, la creación y gestión de espacios de aprendizaje online, implica la planeación sobre aspectos como la interactividad, los recursos multimedia, el hipertexto, la conectividad y la hipermedia (Diaz Barriga et al., 2011). El uso de estos recursos con una intencionalidad pedagógica es lo que lo provee de significado.


Con relación a la intencionalidad pedagógica en la virtualidad García y Quijada-Monroy (2015) mencionan al respecto que todo proyecto donde se integren TIC debe poseer una correcta aplicación de estrategias didácticas que respondan al objetivo y contenidos educativos del proyecto. Para que el uso de TIC tenga un verdadero impacto en la escuela, se deben contar con competencias y saberes que sean el sustento de la propuesta.

El simple hecho de insertar las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje no implica necesariamente el cumplimiento de objetivos educativos, y no podemos aseverar que el sólo hecho de insertar TIC potencie el proceso de enseñanza-aprendizaje (Villaseñor en Salinas 2011), inclusive pudiendo llegar a ser más bien un “estorbo” o un medio bastante “aparente y superficial”.   

Por eso mismo debemos entender las TIC como herramientas físicas y semióticas (Diaz Barriga et al. 2011) en las cuales debe existir una relación activa con la información y el contenido multimedia, generando interactividad, situatividad y comunicación.


Por otro lado, nos dice Bustos y Coll (2010) que, ante las propuestas generadas en los entornos virtuales, necesitamos buscar claves para valorar el alcance e impacto de las estrategias y recursos digitales que ocupemos, es decir, es necesario generar un proceso de evaluación para reconocer los avances y resultados de dichas propuestas.


ENTORNOS VIRTUALES DE APRENDIZAJE Y SISTEMAS DE GESTIÓN DEL APRENDIZAJE


Una de las recomendaciones principales sobre el uso de TIC en educación, es la de hacer uso de espacios especializados y diseñados propiamente para proyectos educativos. Los EVA son esos escenarios óptimos para publicar materiales y actividades, generar comunicación e interacción con el grupo, para buscar la colaboración al realizar tareas y gestionar la organización de la asignatura.  Dentro de este escenario podemos promover la alfabetización digital en tres dimensiones básicas (García y Quijada-Monroy 2015).

  1. Conocimiento y uso instrumental de aplicaciones informáticas
  1. La adquisición de habilidades cognitivas; la interacción de hipertexto y multimedia
  1. Actitud crítica y reflexiva para valorar la información

Esto nos lleva a considerar que un adecuado uso de recursos digitales y TIC en educación incluirá necesariamente la capacidad para buscar, obtener, procesar, producir, comunicar, informar y transferir el conocimiento desde una actitud crítica y reflexiva. 

Otra de las grandes necesidades de la educación a distancia es la generación de espacios de interacción y comunicación entre los alumnos y el docente, que permitan los procesos de retroalimentación, dirección y ayuda.  Dentro de todas estas necesidades que se plantean, nos menciona Salinas (2011) que lo más indicado al iniciar un proyecto educativo sería seleccionar un EVA (Entorno Virtual de Aprendizaje) o LMS (Sistema de Gestión del Aprendizaje por sus siglas en inglés) que satisfaga esas necesidades.
Existen actualmente muchas posibilidades de EVA, dentro de los cuáles encontraremos diferentes pros y contras de su uso. Para seleccionar alguno de ellos es necesario visualizar las propuestas didácticas que queremos desarrollar con los alumnos y buscar cuál de las plataformas nos ofrece la posibilidad de generar la intervención, aquella que mejor se ajuste a nuestra situación particular (Salinas, 2011).

No debemos entender como innovación curricular un sinónimo simplemente de cambio, o de hacer algo novedoso e incorporar algún elemento atractivo digital; sino que debe ser un proceso de cambio planificado y en cuyas propuestas didácticas se enfatice el protagonismo del alumno de acuerdo con los paradigmas constructivistas-humanistas (Diaz Barriga, Hernández y Rigo 2011; Diaz Barriga 2003, 2006; Villalobos 2009; Pérez , Rojas y Paulí 2008).

Algunas de las posibilidades y características que nos brinda un EVA además de la inserción de recursos digitales y multimedia son los siguientes:

  • Promover procesos de participación, interacción y colaboración
  • Ejercer tutoría constante del proceso de aprendizaje (evaluación continua) 
  • Actuar como moderador, generar una interacción intragrupal, y planificar las instancias de interacción (sincrónicas y asincrónicas) 
  • Debe organizar su tiempo y debe poseer capacidad de autogestión y autorregulación

En cuanto a la selección de contenidos en un ambiente virtual, el criterio recomendado es que el contenido pueda verse enriquecido por la interacción de la tecnología, en donde el docente debe examinar el potencial didáctico de las diferentes herramientas disponibles y determinar las más aptas. (García, 2014)

En cuanto al papel del alumno en el uso de EVA para su correcta aplicación se debe promover lo siguiente:

  • Debe planificar, ejecutar y supervisar su propia forma de estudio
  • Debe concebirse como el protagonista y constructor de su aprendizaje de acuerdo con la mayoría de los modelos educativos. 


PLATAFORMAS:

Para la selección y el uso de la plataforma educativa hay que considerar algunas deliberaciones hechas por Salinas (2011) en cuanto al uso y funcionamiento de los EVA y las LMS.

Las LMS (Sistemas de Gestión del Aprendizaje) son aplicaciones o softwares que nacieron específicamente con finalidades educativas, es decir como escenarios para propuestas de enseñanza-aprendizaje y la creación de ambientes educativos

  • Son complejos por la cantidad y variedad de herramientas que poseen, es decir módulos con diversas funciones (foros, chats, exámenes, tareas, videoconferencias, etc.)
  • Hay plataformas gratuitas (como Moodle, Google Classroom, Dokeos, Claroline o Sakai) y comerciales o de pago (como E-ducativa o Blackboard). En casi todos los casos deben ser instaladas en un servidor, ya sea propio o contratado, lo cual hace que un docente, en forma individual, por lo general no trabaje con este tipo de entorno. Por este motivo, la enseñanza a través de una plataforma casi siempre es el resultado de un emprendimiento institucional.
  • La instalación en un servidor posee una ventaja importante: otorga al administrador mayor control sobre su funcionamiento o, en términos más generales, sobre lo que pueda acontecer con la aplicación (por ejemplo, posibilidad de desarrollar nuevos módulos propios, que respondan a necesidades o proyectos específicos de la institución; o de incorporar módulos de terceros; etc.).
  • La instalación y administración de este tipo de entorno requiere de conocimientos informáticos no necesariamente avanzados, pero sí superiores a los del usuario promedio, no experto.
  • Promover procesos de participación, interacción y colaboración
  • Ejercer tutoría constante del proceso de aprendizaje (evaluación continua)
  • Actuar como moderadores, generar una interacción intragrupo, y planificar las instancias de interacción (sincrónicas y asincrónicas)
  • En cuanto al papel del alumno para su correcta aplicación se debe promover lo siguiente:
  • El alumno debe organizar su tiempo y debe poseer capacidad de autogestión y autorregulación
  • El alumno debe planificar, ejecutar y supervisar su propia forma de estudio
  • El alumno debe concebirse como el protagonista y constructor de su aprendizaje de acuerdo con la mayoría de modelos educativos. 

Por otro lado, los modelos de educación a distancia pueden fusionarse con los modelos presenciales para conforma modelos híbridos. Según Valenzuela (2013) existen los modelos de e-learning (a distancia) y b-learning (modelos semi-presenciales) que básicamente combinan prácticas pedagógicas clásicas y presenciales con las realizadas de forma virtual.

Podemos mencionar una vez más que el simple hecho de contar con una plataforma es insuficiente para generar un proceso adecuado de aprendizaje y que siempre es y será necesaria la función específica del docente, de donde se desprende también la necesidad de fortalecer el concepto de “tutor virtual” que implica no sólo el conocimiento sobre el uso de las TIC, sino sobre las bases teóricas y metodológicas que sustentan los modelos educativos a distancia.

Otra problemática importante que afrontamos es la falta bibliografía sobre las formas apropiadas de desarrollar una metodología de investigación y evaluación en entornos educativos virtuales (Diaz Barriga et al., 2011)

Finalmente podemos reafirmar la postura e investigación de González et al. (2010) sobre el impacto que tiene el uso de las secuencias didácticas como herramientas pedagógicas que son también desde la perspectiva del alumno apreciadas y valoradas como instrumentos que facilitan sus procesos de aprendizaje; permitiéndoles visualizar desde un inicio de su aplicación la estructura y organización de aquello a lo que se espera llegar, los contenidos a trabajar, los recursos y las actividades. Por otro lado, además de facilitarles la comprensión de la secuencia, los alumnos pueden contribuir y participar en la elaboración y construcción de las secuencias desde su autoevaluación.

Algunas de las posibilidades y características que nos brinda el uso de plataformas educativas además de la inserción de recursos digitales y multimedia son los siguientes:

La valoración de los alumnos

Otro aspecto esencial dentro de la educación y proyectos a distancia es la valoración que hacen los alumnos al momento de su realización.  De acuerdo con Flores y López (2019) son 5 dimensiones en las que el estudiante debe participar al evaluar cursos en línea:

  1. La dimensión pedagógica: los objetivos, las actividades, los contenidos, los recursos y la estructura del curso
  1. La tecnológica: la infraestructura de los recursos digitales, el hardware y el software
  1. El diseño e interfaz: Visualización, conectividad y facilidad sobre el uso de la interfaz
  1. La evaluación de sus procesos: La retroalimentación recibida, la pertinencia y congruencia de los criterios usados, información recibida, la satisfacción de la evaluación por parte del estudiante.
  1. La gestión y orientación: servicios para el acceso, comunicación y tutoriales para la participación, la participación, ayuda y disponibilidad del docente.




¿PODEMOS BENEFICIARNOS DE TODAS ESTAS HERRAMIENTAS EN MODELOS PRESENCIALES?

Es una realidad que la tecnología ha generado una transformación muy relevante en las sociedades actuales, y que una gran mayoría de estudiantes atendidos podrían catalogarse como “nativos digitales”, la escuela no puede desconocer esta realidad. Esto puede tener una doble connotación, y somos muchos los que vemos muchas desventajas en el uso excesivo e indiscriminado de la tecnología en niños y adolescentes; generando problemas por ejemplo en la incapacidad de concentrarse o en la profunda dispersión que genera el fenómeno de la sobreinformación, o simplemente en la incapacidad de discernir y filtrar tanta información recibida.

Sin embargo, no podemos dejar de considerar la posibilidad de adéntranos y conocer el mundo digital y buscar orientarlo como una herramienta que contribuya en la formación cultural de la sociedad con un enfoque educativo.  Por lo tanto, sería interesante considerar el no negarnos por completo al uso de la tecnología incluso en modelos presenciales, sin que ello implique que se vea su implementación como necesaria para la construcción de aprendizajes significativos en la sociedad contemporánea, pero sí como un medio más  que podría usarse, y que es bien conocido y muy usado por la población, y por lo tanto que ha conformado nuevos estilos de aprendizaje, características propias e intereses muy particulares que se deben atender, y por lo tanto un medio que en determinadas circunstancias puede ayudarnos a cumplir con una labor educativa.

Estos son algunos puntos que consideramos podrían seguirse usando:

  • Gestionar tareas escolares desde alguna plataforma digital
  • Hacer registros de trabajos y evaluaciones desde alguna plataforma que facilite la recopilación e interpretación de datos, así como el uso de instrumentos de evaluación digitales
  • Ocupar pizarras digitales interactivas o proyectores para hacer uso de contenidos digitales
  • Difundir material y contenido digital haciendo uso de herramientas digitales y plataformas de gestión
  • Presentar información relevante en entornos digitales a padres de familia y alumnos como calificaciones, bitácoras de comportamiento, informes de rendimientos escolar, pedidos de materiales, etc.
  • Hacer uso de tabletas o móviles en el aula con aplicaciones educativas para desarrollar proyectos educativos usando diversos softwares.
  • Hacer uso de libros digitales, cuestionarios o test virtuales, conferencias virtuales, etc.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bustos, A. y Coll, S. (2010, enero-marzo). Los entornos virtuales como espacios de enseñanza y aprendizaje: una perspectiva psicoeducativa para su caracterización y análisis. Revista Mexicana de Investigación Educativa, núm. 44, vol. 15, pp. 163-194.

Díaz Barriga, F., Hernández, Rojas Gerardo., Rigo, Lemini Marco Antonio, (2011), Experiencias Educativas con Recursos Digitales: Prácticas de Uso y Diseño Tecnopedagógico, México, UNAM.

Flores, K., López, M. (2019). Evaluación de cursos en línea desde la perspectiva del estudiante: un análisis de métodos mixtos. Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara,  México.

García, M. & Quijada-Monroy, V. (2015). El aula invertida y otras estrategias con uso de TIC. Experiencia de aprendizaje con docentes. Universidad Interamericana para el Desarrollo, México, https://www.rua.unam.mx/portal/recursos/ficha/11490/el-aula-invertida-y-otras-estrategias-con-uso-de-tic-experiencia-de-aprendizaje-con-docentes

González Barajas, Ma. Teresa; Kaplan Navarro, José César; Reyes Osua, Guadalupe; Reyes Osua, Mara Alejandra (2010) La secuencia didáctica, herramienta pedagógica del modelo educativo ENFACE Universidades, núm. 46, julio-septiembre, pp. 27-33 Unión de Universidades de América Latina y el Caribe Distrito Federal, Organismo Internacional

Salinas, (2011). Entornos virtuales de aprendizaje en la escuela: tipos, modelo didáctico y rol del docente, Argentina, http://eduteka.icesi.edu.co/gp/upload/Educaci%C3%B3n%20EVA.pdf , consultado el 5 de noviembre de 2020. p1 

Valenzuela Zambrano, B., y Pérez Villalobos, M. V. (2013). Aprendizaje autorregulado a través de la plataforma virtual Moodle. Educ. Educ. Vol. 16, No. 1, pp. 66-79.  https://biblat.unam.mx/hevila/Educacionyeducadores/2013/vol16/no1/4.pdf 


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